Taher Ali. Alyudur Movimiento de la juventud palestina.

Mito I: La colonización de Palestina es un tema complejo

Describen nuestros autories la invasión y colonización de palestina como una ‘’se estableció después de 1947, es una lucha sangrienta basada en conceptos religiosos, nacionales y políticos’’ y aunque pocos conflictos en la historia de la humanidad dejarán de encajar en estas categorías, llama poderosamente la atención una gran omisión: seguir el rasto del dinero. 

El expolio imperialista y colonial de tierras y recursos, el uso como enclaves estratégicos, etc. Quizás por eso, a pesar de referir una complejidad acaban por destacar simplemente la cuestión religiosa. Es evidente que los libros sagrados ya eran conocidos antes del inicio de la colonización. Musulmanes, cristianos, drusos, y judíos habitaban como nativos Palestina sin conflictividad sectaria. Tampoco la cuestión religiosa era relevante para los colonos de las primeras oleadas, inspiradas por un movimiento sionista laico que incluso valoró la creación del la colonia en el centro de África o en el Cono Sur, nada que ver con la Jerusalen terrenal. Este laicismo sionista fue predominante también durante décadas tas la fundación de la Entidad Sionista con la consecución de gobiernos de la ‘izquierda’ sionista.

No hay ninguna complejidad, por tanto, o al menos no más que en cualquier otra coloniazación histórica.

Mito II: La colonización de Palestina responde a la persecución de las personas judías.

Aunque en los años 40 la población colona aumenta mucho, se omite que ya desde el siglo XIX los nativos palestinos se revelaron contra la colonización sionista. Se borra de la historia que en los años 20 las resistencias palestinas ya estaban siendo grandes fenómenos de masas desenvocando en la Sublevación del Muro de 1929. Levantamiento aplastado por la ocupación británica en colaboración con los mimados colonos sionistas. Asesinaran a muchos palestinos y ahorcarán a los líderes de la revuelta, pero la resistencia continuará. La caída en combate del legendario partisano Al Qassam será la chispa que prenderá en 1936 una gran huelga general de seis meses y en la Revolución árabe de 1936-1939. 

En esta década el sionismo es cuidado por el III Reich. La Federación Sionista de alemania romperá el boicot judío al régimen nazi, y el partido sionista será legal junto al Nacional-Socialista mientras las juventudes sionistas serán entrenadas por las SA nazis y desfilarán en las calles con el atuendo fascista. Este romance se expresará en el marco de los acuerdos de Haavara, y miles de alemanes autoidentificados como judíos irán con el apoyo del Reich a colonizar Palestina en barcos con las esvásticas ondeando bajo la atenta mirada de Adolf Eichmann, aquel de la banalidad del mal.

Aún años despues en 1941 y 42, los grupos fascistas sionistas que atentaban en palestina intentarán recabar apoyos de sus hermanos mellizos nazis. 

MITO III: la colonización de Palestina es una cuestión de extremismos

De manera completamente injustificada, los autores de Gerrarik EZ señalan como igualmente fascistas al Likud israelí -que es explícitamente filofascista-, con el movimiento anticolonial de Resistencia Islámica Hamas. El argumento es que <<ambos quieren la destrucción del otro>>. Estamos seguros de que en realidad para los autores el agua no tiene el mismo uso que el fuego, pero probablemente piensen que antifascista es lo mismo que fascista. Probablemente piensen que el ejército rojo en Stalingrado, o la resistencia francesa se rebajaban al mismo nivel que los nazis y se convertían en lo mismo. Probablemente piensen que no estaba justificada la sublevación de los polacos judíos del gueto de Varsovia contra los ocupantes alemanes, porque morder la yugular a la fascista invasor que está intentando exterminarte a ti a tu gente es una babarie injustificada.

O quizás no… quizás no condenan a los resistentes fraceses o polacos porque  les reconocen como europeos, como blancos, como parte de la civilización. Entonces su dignidad si mereciera emplear la violencia para acabar con el statu quo que le sometía y les exterminaba. Tendrían otros libros sagrados o no los tendrían, disfrutando de la humanidad plena. Este racismo pegado a la piel y a la lengua es lo único que hace que no parezca ridículo hablar de negociación, de pedir entendimiento y moderación a ‘’ambas partes del conflicto’’. Porque los sionistas serán como nazis exterminadores, pero son nuestros nazis exterminadores; pertenecen al proyecto civilizatorio europeo y hay que salvarles incluso de ellos mismos. Hacer que prospere su proyecto colonial tratando que no sean demasiado crueles a partir de ahora, y dejen el par de terruños que quedan para reservas indias de nativos. 

Mientras tanto es gratis comparar a una entidad fascista mientras comete un atroz genocidio con la Resistencia del pueblo indígena que lo enfrenta.

MITO IV. La colonización de Palestina dejará de ser un genocidio con palabrería.

El final del artículo es una sopa fría, seminarista, sobre lugares comunes de  ‘’las tres religiones ‘’ y el ‘’no matarás’’. Frases vacías sobre justicia, igualdad paz y demás promesas de partido mayoritario en campaña electoral en el que – eso sí-, reafirman su compromiso con la defensa del mantenimiento de la entidad colonial bajo la llamada ‘’solución de los dos estados’’. Este posicionamiento es más o menos idéntico al de la izquierda europea, que se autoengaña en el mejor de los casos pretendiendo que es una cuestión de malos entendidos. Obvian que el sionismo no solo es un peligro para Palestina, pues ha colonizado parte de Egipto y actualmente coloniza parte de Líbano y una muy buena parte de Siria. Hemos visto recientemente a ministros sionistas hablando desde atriles que incluyen como territorio ‘isralí’ Jordania, Arabia etc. El proyecto de colonización no se puede contener, por eso la entidad ‘israelí’ no se reconoce fronteras legalmente: no quiere limitar su expansión. 

Es evidente además que las cacareadas soluciones en torno a los ‘’dos estados en el marco del derecho internacional’’ pretenden violar veladamente el derecho de los refugiados al retorno a sus lugares de origen, reconocido por múltiples resoluciones de las naciones unidas. Si los refugiados palestinos vuelven a sus lugares de origen -como es justo antes que legal-, la única forma de sostener la colonia sionista sería manteniendo el apartheid. De lo contrario en las primeras elecciones democráticas la mayoría poblacional ejercitaría su derecho a la autodeterminación. Olvidan además estos respetadores del derecho internacional y de las soluciones en el marco de las Naciones Unidas que la resolucion 3070 reconoce específicamente el derecho a pueblo palestino a liberarse por medio de la lucha armada, y obliga a los estados a sostener esa lucha material y moralmente.

La conclusión del occidentalismo progresista es clara: la colonización puede haber estado mal, pero no existe el derecho a descolonizar. El apartheid y el genocidio están mal, pero los oprimidos no tienen derecho a rebelarse. Es vergonzoso y hay que hacer algo, pero no haremos nada y condenaremos a cualquiera que intente hacer algo.

Este artículo ha sido publicado originalmente en el diario Naiz en euskera).

https://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/palestinari-buruzko-mitoak

 

 

Share this