El Movimiento Masar Badil (Ruta Revolucionaria Alternativa) subrayó que la declaración de la Cumbre Árabe-Islámica reunida en Riad «consagra al régimen saudí como punta de lanza del régimen árabe derrotado y colapsado, que ha alcanzado un estado de degeneración y dependencia del imperialismo y el sionismo sin precedentes».

El movimiento reiteró la necesidad de trabajar para forjar un camino árabe nuevo y revolucionario, luchando sin tregua contra los regímenes que normalizan sus relaciones con Israel y construyendo sociedades árabes e islámicas que resistan al sionismo y al colonialismo occidental en la región. Asimismo, instó a expulsar a estos regímenes títeres e impotentes.

Por su parte, Khaled Barakat, miembro del comité ejecutivo del movimiento, declaró en una serie de entrevistas con los medios de comunicación «Palestina Hoy» y «Al-Sahat Satellite Channel» que es necesario «organizar a la vanguardia de la juventud árabe en los marcos y fuerzas de la resistencia árabe, y pasar del estado de ira reprimida y reacción espontánea a una acción organizada que proteja las capacidades y riquezas de los pueblos de la región, y que redireccione la lucha hacia la confrontación con el enemigo sionista y la liberación de Palestina». Barakat enfatizó que esto representa la encarnación real de la voluntad del pueblo árabe y el único camino hacia el futuro, la liberación nacional y social, y la independencia verdadera.

Barakat calificó el silencio oficial árabe como un crimen atroz y un arma en manos de Estados Unidos y la entidad sionista, utilizada para masacrar a los pueblos palestino y libanés, y describió la llamada «solución de los dos Estados» como un proyecto para liquidar la causa palestina y legitimar la presencia sionista en Palestina. «El régimen saudí, que aboga por la eliminación de la resistencia tanto en secreto como públicamente, ya no oculta su condición de régimen títere; sólo puede ser tratado como enemigo nuestro y aliado de la entidad sionista», afirmó Barakat.

Barakat subrayó que la resistencia en Palestina, Líbano y la región «constituye la única salvación para la nación árabe y emergerá de esta batalla más decidida y fuerte», señalando que la llegada de Trump «no salvará a la entidad sionista ni a los regímenes árabes, que se están desmoronando y buscan normalizarse con el enemigo sionista bajo el patrocinio de Estados Unidos, a costa de los derechos palestinos y árabes».

Barakat instó a apoyar y valorar el modelo revolucionario yemení de resistencia, destacando las acciones de las valientes fuerzas armadas yemeníes y del pueblo yemení para imponer nuevos hechos y cambiar la correlación de fuerzas en la región, imponiendo un bloqueo naval a los puertos sionistas y avanzando como una fuerza nueva y ascendente, algo impensable hace unos años.

Finalmente, Barakat llamó a la juventud revolucionaria árabe y musulmana de todo el mundo a inspirarse en la «lección de Ámsterdam», refiriéndose a lo que hicieron los jóvenes marroquíes junto con los valientes partidarios de Palestina en Holanda y Europa al enfrentarse al movimiento sionista y a los seguidores de la entidad sionista. Consideró este movimiento popular como «un ejemplo vivo del papel de las comunidades árabes y de las fuerzas de solidaridad con Palestina, hasta que el enemigo sionista se convierta en una carga para quienes lo crearon y lo implantaron en Palestina y en nuestra región».

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