David Alterman

“Miente, miente, miente, que algo queda”. Esta es la base de la propaganda sionista. Es la misma orientación elaborada por Paul Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945, hasta la derrota del régimen nazi.

Puede parecer una idea muy difícil de aplicar y que, además, surta efecto. Sin embargo somos testigos de las consecuencias de su utilización. A partir del sentimiento de culpa de los estados europeos por el holocausto nazi, el sionismo logró imponer, a través de los medios masivos de comunicación hegemónica, su teoría basada en su condición de “víctimas” del terrorismo árabe. Justo lo contrario a la realidad.

Diferentes documentos de los impulsores del llamado Estado Judío demuestran que para lograr dicho propósito era indispensable desarrollar un colonialismo de asentamientos, es decir la toma de tierras con la expulsión o eliminación de la población nativa. Sus antecedentes eran la colonización inglesa del norte del continente americano y en Australia donde masacraron a los y las habitantes originarias. Ese era el camino a seguir.

Con la llegada de los primeros contingentes de judíos “importados” a Palestina desde Europa, posterior a la Primera Guerra Mundial, se empezó a implementar dicho colonialismo, el que implicó una limpieza étnica que, aún hoy, continúa. Con la falsa argumentación de: “Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”, querían tapar el desplazamiento, la expulsión y la eliminación física de los nativos, herederos naturales de las tierras ancestrales.

Con la táctica permanente de la mentira y tergiversación, esgrimen y difunden un relato que, de otro modo, sería inverosímil. Sólo negando y manipulando la historia puede generarse un relato cuyo inicio fue, supuestamente, el 7 de octubre de 2023. Se niega la Nakba, se ocultan todas las operaciones militares para desterrar o eliminar a los palestinos, se tergiversa el desarrollo de la Guerra de los Seis Días y tantas otras que, parece, siempre fueron defensivas. Enmascaran las muertes diarias de palestinos a manos de las Fuerzas de Ocupación de Israel (FOI), mal llamadas Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Se pasan por alto las agresiones y matanzas cometidas por los colonos judíos, verdadera fuerza paramilitar, en Cisjordania. Se encubren los apresamientos y encierro de palestinas y palestinos (niños, mujeres y adultos) con torturas y muertes incluidas que, parece, nunca sucedieron.

Por otro lado, falsean conceptos y difunden que estar en contra del sionismo es ser antisemita. Además, vaya paradoja, hay una situación tan contradictoria que casi no se puede creer. Los sionistas se apoyan, a nivel mundial, en los reivindicadores de Hitler y negadores del holocausto, léase: los descendientes de las víctimas del holocausto nazi desarrollan un genocidio que es festejado por la extrema derecha, es decir, por las organizaciones neonazis y fascistas, antisemitas de origen. Estos son sus actuales aliados.

Pero hay más. El sionismo no se contenta con el genocidio en Palestina. A través de sus embajadas y sus “servicios de inteligencia” (espías mercenarios), con la complicidad de gobiernos genuflexos del imperio yanqui, llevan a cabo persecuciones contra quienes se atreven a denunciar el genocidio sionista, a quienes se atreven a exponer públicamente las aberraciones del FOI y de los colonos.

Es muy complicado lidiar con los grandes medios de comunicación. Sin embargo las redes sociales están jugando un rol central en la difusión de propaganda alternativa. Por eso es posible afirmar que la batalla de ideas no está perdida. La difusión de información real que desmantele el relato sionista no solo es necesaria, es posible.

Así como el pueblo palestino no baja los brazos a pesar de todo lo que está generando el gobierno sionista y sus fuerzas armadas y paramilitares, quienes estamos por una Ruta Revolucionaria Alternativa Palestina no seremos amedrentadas ni corridos por el simple hecho que nuestra meta es la Liberación de Palestina del Río al Mar.

Los pueblos del mundo así lo comprenden y por eso se movilizan. Los palestinos y palestinas, después de tanta opresión, muerte y ocultamiento han logrado, con la Resistencia, mostrarle al mundo que Palestina existe. Que el sionismo es colonialismo. Que la lucha por la liberación nos encontrará a todos los pueblos del mundo luchando juntos, con todos los medios a nuestro alcance, para terminar con el imperialismo, el sionismo y toda forma de colonización y opresión.

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