Cientos de habitantes de la ciudad de Seattle, en Estados Unidos, salieron a las calles el pasado domingo 17 de agosto en respuesta al llamado de la campaña por la “Semana Global de Acción contra el Hambre Forzado” que impone la entidad sionista contra el pueblo palestino en Gaza.
La organización Nidal Seattle, junto con otros aliados de movimientos y fuerzas de liberación, participó en la manifestación que recorrió las calles de la ciudad, coreando consignas que exigían la liberación de Palestina desde el río hasta el mar, así como la expulsión de las bases militares estadounidenses y sionistas de nuestra región.
La movilización se dirigió hacia la sede de la empresa Boston Consulting Group, directamente implicada en el desplazamiento forzado de miles de palestinos y responsable de elaborar planes logísticos para la llamada “Fundación Humanitaria de Gaza”, fachada criminal utilizada para encubrir los proyectos de exterminio. La compañía, además, utiliza la plataforma de inteligencia artificial de Microsoft para recolectar datos de carácter militar con el fin de facilitar la limpieza étnica y el hambre impuesto al pueblo palestino.
En un gesto simbólico y de denuncia, los manifestantes arrojaron sacos de harina y sangre falsa en el patio de las oficinas de la empresa, dejando en claro que todas las corporaciones e individuos cómplices del genocidio son objetivos legítimos de los pueblos.
Durante el acto, Bisan Barghouti, miembro del Comité Ejecutivo del Movimiento del Masar Badil, declaró:
“No tenemos más tiempo. El momento es ahora para vencer al imperio estadounidense y a sus aliados occidentales. Debemos recuperar nuestro lugar natural en la diáspora y escalar la confrontación con nuestros enemigos”.
Asimismo, los manifestantes expresaron su respaldo al llamado lanzado por el Movimiento de Mujeres Palestinas – Alkarama, una organización feminista palestina en la diáspora, que convocó a una amplia movilización solidaria en apoyo a la lucha de la mujer palestina, subrayando su papel fundamental en el proceso de resistencia y liberación.
Los organizadores destacaron que esta protesta forma parte de una serie de acciones de solidaridad con los pueblos árabes e islámicos, y en particular con el eje de resistencia en Palestina, Líbano, Yemen, Irak e Irán. Subrayaron que se trata de una campaña internacional de gran alcance cuyo objetivo es desmantelar la infraestructura militar estadounidense que sostiene el colonialismo y las guerras en la región.