El proyecto de la Ruta Alternativa: Retorno, unidad territorial, justicia, verdad, y reparación. Es necesario devolver el liderazgo de nuestra lucha de liberación nacional a su legítima vanguardia; hay que devolver la voz a quienes son brazo, corazón y alma: Las clases populares organizadas. El único interlocutor válido es el Pueblo.

Hace 30 años que se produjo la llamada Conferencia de Paz de Madrid, auspiciada por el imperialismo norteamericano, nuevo árbitro mundial tras la caída del bloque socialista. A un lado de la mesa se sentaba el sionismo depredador, al otro lado, las élites árabes. Junto a estos últimos, la dirección de la OLP, socavando así la unidad nacional de nuestro pueblo y vulnerando los acuerdos previos del Consejo Nacional Palestino. Para regusto del imperialismo y los colonizadores, estas élites quisieron presentar una humillante rendición, con algunas condiciones.

Treinta años después podemos mirar hacia atrás y valorar qué han obtenido con aquella lamentable usurpación de la voluntad popular. ¿Está el pueblo palestino más cerca de su emancipación?, ¿vienen de los campos los hijos de Jaffa, para jugar en sus calles?, ¿volverán pronto, a mojar sus pies en el lago Tiberíades, las hijas de Galilea?, ¿han conocido ya el rostro de la Justicia nuestros mayores?, ¿podrán usar las viejas llaves que guardan en paño, para volver a abrir aquella vida que les arrebataron?

Ante su vergonzoso fracaso, las élites huyen hacia delante persiguiendo quimeras, y nos dicen que centremos nuestras esperanzas en el exterior; en las tímidas condenas de la llamada comunidad internacional (cuando no muestran apoyo total o complicidad velada al terrorismo sionista), o en la intervención de instituciones internacionales sin fuerza real para hacer justicia, pues carecen de poder coactivo para hacer frente a la obstrucción y el sabotaje de las grandes potencias.

La experiencia histórica nos dice que la liberación nacional depende de nuestras propias fuerzas principalmente, contando con la inestimable solidaridad fraterna de los pueblos, y es que no por casualidad, la causa palestina es bandera de quienes en cualquier parte del mundo luchan por romper sus cadenas.

El literato y revolucionario palestino, Ghassan Kanafani decía, “Si fracasamos como defensores de la causa, lo correcto sería cambiar a los defensores, no la causa”

Además de la traición que supone pretender renunciar a lo que es por derecho natural inalienable, lo cierto es que los resultados de los acuerdos de paz de Madrid y Oslo no han mejorado en ningún sentido la vida de nuestro pueblo en Palestina, ni ha permitido el retorno de los que se encuentran en la diáspora. Es necesario devolver el liderazgo de nuestra lucha de liberación nacional a su legítima vanguardia; hay que devolver la voz a quienes son brazo, corazón y alma: Las clases populares organizadas. El único interlocutor válido es el Pueblo.

Ante la dirigencia elitista de quienes anteponen sus privilegios a la libertad de sus semejantes, ante la clase que quiere anteponer sus intereses económicos a los derechos inalienables de toda Palestina, las clases populares encontramos otro camino, un camino de lucha, de dignidad, de confluencia, de unidad. Un camino de solidaridad y compromiso, y sobre todo de ilusión por recuperar un proyecto colectivo de liberación.

El fuego de la Revolución Palestina en el pasado estableció la OLP y sus instituciones, creó el Consejo Nacional Palestino, creó los Comités Populares, y siguió ardiendo la Intifada. Esta llama incandescente no ha dejado de alumbrar en el corazón de cada hija e hijo de Palestina: no permite que se extinga la esperanza en la diáspora, la valentía en el interior, ni la dignidad de acero en las cárceles. La convergencia de estas llamas rojas y brillantes es el camino de la Ruta Alternativa. Unidas todas, señalan aún más fuerte la ruta de la Liberación, unidas son capaces de prender más fuerte y claro por aquellas que, martirizadas, no pueden seguir brillando si no es entre nuevas manos, que las tomen con amor y con orgullo, para caminar seguras hacia la victoria.

Entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre de 2021, el pueblo palestino está llamado para acudir a Madrid, para construir desde la base, para edificar en común nuevas estrategias para nuestra liberación nacional, y para reafirmarse en los derechos inalienables de Palestina: Retorno de la diáspora a sus lugares de origen, unidad territorial, justicia, verdad, y reparación.

Nace del pueblo y para el pueblo el proyecto de construir en nuestra madre patria una República unida, desde el río Jordán al mar Mediterráneo, donde las trabajadoras y trabajadores, libres e iguales, decidan su propio destino.

Fuente: Al-Yudur Organización de la Juventud Palestina  @alyudur y Palestina Libre

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