Acordémonos hoy 14 de mayo de 2023 de que Palestina no es en nuestra memoria un mero ramillete de símbolos. Nosotros no nos conformamos con poder alzar nuestra bandera en el patio trasero de nuestra patria colonizada y asediada. Nosotros no vivimos del recuerdo de lo que fue, porque nosotros somos la puerta de entrada a Jerusalén, nosotros estamos en la carne de nuestro país y él está en nosotros. Así que hoy no es día para lamentaciones. Guardemos nuestra pena para que no la vean los soldados ni lo traidores árabes. Guardemos la nostalgia y la tristeza para el recuerdo, porque ahora es el momento de imponer nuestra justicia, que no habla el lenguaje de la ley. Y es el momento de imponer nuestra liberación, que no requiere autorización ni mitologías que justifiquen nuestro derecho a volver.

Acordémonos hoy 14 de mayo de 2023 de que Palestina no es un miserable trozo de tierra incomunicado por campos militares y colonias israelíes. Acordémonos de que Palestina no es un lugar transable, que pueda negociarse, comprarse o venderse. Acordémonos de que Palestina no está allí donde se alzan los palacetes de la camarilla de sátrapas traidores de la Autoridad Nacional Palestina. Y de que Palestina tampoco es simplemente una zona geográfica entre el río Jordán y el mar Mediterráneo que baste con un mapa para verla.

Acordémonos hoy 14 de mayo de 2023, 75 años después de que fuéramos expulsados de Palestina por tropas paramilitares sionistas y europeas, de que Palestina ha sido por 75 años la encarnación de valores revolucionarios universales. De que no ha existido en todo el siglo XX y XXI movimiento de liberación nacional ni pueblo oprimido sobre la faz de esta tierra, desde África, América, Asia o Europa, que no haya mencionado su nombre, el de sus héroes y mártires para llenar de convicción sus propios procesos de liberación.

Por eso hoy, 14 de mayo de 2023, nuestro pueblo palestino en la patria y en la Diáspora sigue siendo capaz de desafiar la soledad que busca imponerle la pandilla de mafiosos oligarcas árabes, cuya patria sólo está en las cámaras de comercio y en los acuerdos de exportación de petróleo. Nuestro pueblo palestino en la patria y en la Diáspora rechaza su pertenencia a este club de indignos árabes que sólo encuentran seguridad en las garras de sus amos, de Estados Unidos, de la OTAN, la entidad israelí y de la Unión Europea.

Pero nuestro pueblo palestino no camina solo, nuestro pueblo palestino camina seguro junto a los pueblos árabes y millones de internacionalistas antiimperialistas que trabajan activamente por eliminar el cáncer sionista que nació en Europa, se desarrolló en Palestina y se extendió por el mundo entero a través de sus lobbies, empresas privadas y agencias mediáticas.

Desde aquí agradecemos a todas las personas y organizaciones que pelean contra la imposición de la narrativa colonial israelí, contra su industria de la guerra y contra su política de despojo neoliberal en sus barrios, pueblos y ciudades.

Dede aquí saludamos a las compañeras de Masar Badil y Samidoun Alemania, por enfrentar la presión y criminalización permanente del gobierno alemán y el lobby israelí; a las compañeras del Colectif Palestine Vaincra en Francia, por su victoria contra el intento del fascista de Macron de ilegalizarles; a las compañeras de Samidoun en el Estado español por confrontar la presencia de la embajadora israelí y criminal de guerra Rodica Radian-Gordon en la Universidad Complutense de Madrid y que ahora se enfrentan a un proceso judicial, y a todas las que luchan y construyen poder popular e internacionalista desde Holanda, desde Suecia, desde Bélgica, desde Canadá, desde Estados Unidos, desde Latinoamérica, Líbano, Irán o Túnez.

¡Desde aquí decimos: todas somos una y estamos juntas hasta el fin de la opresión imperialista y capitalista mundial, hasta la completa liberación de Palestina y el retorno de todos los refugiados!

Por tanto, acordémonos hoy de que la colonización sionista y europea de Palestina en 1948 no hizo de la inexistencia, el exilio y la desposesión nuestro destino como pueblo. Sepamos hoy que 1948 nos hizo un pueblo de luchadores y no de comerciantes. 1948 nos hizo capaces de convertir nuestro destierro en un viaje en el que en cada lugar cosechamos camaradería de otros pueblos en lucha. Sepamos que 1948 no nos convirtió en una minoría intratable, sino en una comunidad transnacional que defiende el derecho a su tierra y su historia mientras construimos y depositamos nuestras esperanzas en un proyecto político nacional pluralista, democrático y representativo para nuestras clases desposeídas.

Acordémonos hoy, a 75 años de la Nakba, que la Nakba es la base existencial de la que depende nuestra experiencia como pueblo allá donde nos encontremos. Con la Nakba inauguramos nuestro primer gran acto de resistencia, de negación al colonialismo y al imperialismo y de afirmación de nuestra propia existencia. Desde 1948 nuestra experiencia ha estado marcada por una acción revolucionaria ininterrumpida que nos ha brindado rostros en los que reconocernos.

Los rostros de Abdul Qader el Husseini, de Fauzo Elqotob, de Raed El Karmi, de Yehia Ayyash, de Dalal el Moghrabi, de Wadia Haddad, de Basal el Araj, que se encarnan hoy en los luchadores de las Brigadas Al Qasssam; de las Brigadas al Quds; de las Brigadas Los Mártires de Al Aqsa; de la Cueva de los Leones; de las Brigadas del Mártir Abu Ali Mustafa, de las Brigadas Al Nasser Salah Al Deen, de las Brigadas Mujahideen, de las Brigadas de Resistencia Nacional fuerzas de Omar Al Qasim, de las Unidades de Alteración Nocturna y en todas y cada una de las organizaciones populares palestinas activas en nuestra patria. ¡Nuestro pueblo no se rindió en 1948, no se rindió en 1967, no se rindió en 1970, no se rindió durante la Primera y Segunda Intifada y, por supuesto, sigue sin rendirse hoy!

Porque hoy, 14 de mayo de 2023, y a pesar de los intentos en 1993 de Rabin, Clinton y Arafat de borrar nuestros logros y nuestra experiencia de lucha mediante la firma de los infames Acuerdos de Oslo, y a pesar de los intentos hoy de Mahmoud Abbas y su pandilla de  traidores palestinos subcontratados por la entidad ocupante de vender el resto de nuestra patria al imperialismo. A pesar de todo ello, nuestro pueblo vuelve hoy a encontrar representación y esperanza en la heroica y digna resistencia palestina en Gaza, en Jenin, en Nablus, en Tulkarem, en Balata o en Shuafat. La “Operación venganza del pueblo libre” lanzada en los últimos días por la resistencia nos envía un mensaje claro: sólo somos un pueblo, estemos donde estemos, que volverá a su patria, que es una, desde el mar de Gaza al valle del Jordán.

Así que nuestro pueblo en la diáspora saluda y está con toda la resistencia palestina, adopte la forma que adopte, esté secuestrada en las cárceles israelíes o fuera, y ya sea que esta cubra su frente con una cinta de color rojo, amarillo, negro, verde o blanco. Nuestra resistencia debe saber que le agradecemos habernos arrancado al fin el disfraz de víctima con el que durante décadas nos han intentado humillar.

Estos últimos 30 años de capitulación árabe y palestina no han sido suficientes para apagar nuestra convicción y hoy la resistencia y nuestro pueblo movilizado en el día de hoy alrededor del mundo demuestra volver con más experiencia, con más lecciones aprendidas y más conocimientos. Hoy, mejor que ayer, sabemos identificar y distinguir a nuestros enemigos. Nos hemos establecido en sus corazones y los desafiamos desde dentro estemos en Europa, Latinoamérica, Norteamérica, África o Asia. La intensificación de la resistencia dentro de nuestra patria impulsa nuestros cuerpos y nos hace más fuerte que nosotros mismos.

Nosotros no imploramos a las puertas del jardín europeo ni piedad, ni la caridad de Joseph Borrell, ni de la pequeña Führer sionista Ursula Von Der Layen. Nosotros no esperamos sus migajas, ni su comprensión. Ni esperamos que Albares, desde el Ministerio del Exterior en España, ni Pedro Sánchez, desde el gobierno, reciban la iluminación de la justicia y cambien su política exterior genocida e imperialista, porque sabemos que tanto los países miembros de la UE como España reciben ingentes beneficios económicos de la venta de armas israelí y otros acuerdos de cooperación. Sabemos que no acabaremos con la impunidad europea suplicándoles que acaten la ley, sino construyendo un poder popular fuerte capaz de cambiar la correlación de fuerzas hasta arrebatarles el poder y los derechos que sólo pertenecen al pueblo, a la masa de desposeídos y a los colonizados.

Hoy 14 de mayo de 2023, gritamos que somos más fuertes que en 1948, y que lo seguiremos siendo mientras podamos volver a empezar y nos queden ideas con las que alumbrar el camino, juicio crítico con el que rectificar, y sangre que riegue gota a gota el desierto. Como hoy, nos levantaremos en cada puerto, en cada frontera, en cada plaza, en cada exilio, y comenzaremos tantas veces como haga falta y volveremos, aunque muchas no tengamos llaves, entraremos, porque todas nosotras somos Palestina y sólo el regreso de los millones será el verdadero regreso.

¡Aquí estamos y estamos llegando! ¡Hemos venido para volver, y estamos volviendo! Acordémonos de que los vivos somos la esperanza de los asesinados y que el testamento de nuestros mártires sólo nos pide una cosa: que viviéramos para volver a la patria, para que nuestros mártires puedan descansar por fin con nosotros en Palestina.

Hoy decimos, a través de las palabras de Randa Moussa y en memoria de su esposo mártir y líder revolucionario Khader Adnan asesinado tras 86 días de huelga de hambre en las cárceles de la ocupación:

¡Recuerden bien nuestros rostros y el rostro de nuestros hijos porque los hemos criado con orgullo y dignidad y ellos sobrevivirán a nuestros mártires hasta la liberación de toda Palestina del Río Jordán al Mar Mediterráneo, hasta la liberación del último preso, hasta el retorno del último exiliado, hasta el fin de Israel!

¡Viva Palestina Libre!

¡Viva la resistencia palestina desde Gaza, Haifa, desde Jerusalén a Nablus a Jenin!

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